Al margen de los conflictos laborales e injusticias comunes de todas las Seremis en cuanto a gestión de personas (estancamiento de grados, inestabilidad laboral y mejoras contractuales) Fernando Andrade, director de Anfubienes en la Región de Los Lagos, cree urgente y necesario trabajar colaborativamente en la construcción de un Ministerio que privilegie el bienestar y la salud mental de los trabajadores, aplicando una política de tolerancia cero frente a los malos tratos, el abuso y el acoso laboral.
Para Fernando Andrade, existen aspectos a largo plazo que no dependen directamente de la gestión de los/as dirigentes/as y las acciones de los/as funcionarios/as, y otros en donde sí se puede contribuir, como es el caso de trabajar en conjunto para propiciar ambientes laborales donde prime el respeto. Desde este punto de vista, cree necesario concientizar en todos los niveles, las consecuencias derivadas de los malos tratos, el abuso de poder, la discriminación y el acoso laboral, tanto a nivel psicológico personal, como colectivo. (leer más)
“Debemos ser capaces como asociados/as, funcionarios/as y dirigentes/as de influir y contribuir en las decisiones de la autoridad respecto del bienestar y la felicidad laboral dentro del Ministerio, este es un tema urgente que debemos trabajar en corto plazo”, manifestó el dirigente desde la región de Los Lagos, quien desde su experiencia sostiene que:
“El buen trato, la cordialidad, la correcta forma de exigir cumplimientos de objetivos laborales y al mismo tiempo, conocer las fortalezas y debilidades laborales de cada integrante de un equipo de trabajo, es la cualidad básica de un líder”. (leer más)
Desde una mirada comparativa, Fernando Andrade pone de ejemplo la forma en que algunas empresas abordan esta problemática: “Miremos al sector privado, como algunas empresas privadas que ponen la productividad sobre el pilar de la felicidad laboral y destinan ingentes recursos en selección de personal y motivación permanente a su personal. Al momento de seleccionar nuevos integrantes o promover ascensos, realizan exámenes psicológicos y conocimiento como requisitos, en especial de quienes serán líderes de los equipos humanos”.
Según su experiencia como funcionario y dirigente “en el Estado no es extraño observar liderazgos basados en el miedo como forma de hacerse respetar. Frente a este tipo de casos podríamos decir que estas actitudes reflejan problemas de salud mental que el Estado no tiene porque hacerse responsable y que evidencian que quienes ejercen este tipo de liderazgo carecen de las competencias profesionales mínimas para ocupar el cargo”.
Al término de su reflexión, el dirigente plantea la necesidad de llevar a la práctica lo que el Servicio Civil ha definido hace ya varios años como línea de acción permanente en el sector público en cuanto a gestión y desarrollo de personas.